martes, 2 de septiembre de 2014

Las ménades - Julio Cortázar

Las Ménades o «locas» eran discípulas fe­meninas de Dioniso. Se dice que Zeus entregó a su hijo Dionisio al cuidado de las ninfas de un país llamado Nisa para protegerlo de la ira de su esposa Hera, celosa por los amoríos de Zeus. Aparecían extasiadas por el consumo de vino en los rituales del dios, vestidas con pieles de ciervo y de pantera llevando a cabo bailes frenéticos. En su estado, las Ménades adquirían poderes sobrenaturales. Eran capaces de despedazar animales vivos y seres humanos, que no siempre estaban a salvo de su ira.

Quizá es en este punto en el que podemos relacionar el relato con el título de este. Podemos decir que el Maestro (el director de la orquesta) esta representando a estas ninfas ya que provoca una reacción extremadamente desenfrenada. En el relato, siempre que el Maestro aparecía en el escenario del Teatro, los espectadores enloquecían. El narrador dice que las manos de los demás se prendían fuego de tantos aplausos que le daban al Maestro. También dice que los gritos durante "la Quinta" (la quinta sinforóa de Bethoven) eran tales que lo irritaban y molestaban. Finalmente, dice que tal excitación llegó al pinto de saltar de los palcos y los balcones del teatro y atacar al Maestro y a sus músicos. Teniendo en cuenta todas estas reacciones, se nota una ira en los espectadores que ellos desconocían ya que tods ellos excepto por el narrador creían que esta facinación era natural. Es por eso que piensan que el narrador actúa raro.

Además, refiriendonos más al aspecto físico de las ménades, se puede decir que el Maestro representa la imágen de estas criaturas míticas. Esto se debe a que en su mano llevaban un cayado llamado thyrus que estaba rematado con ramas de pino y envuelto en ribetes, viñas y hiedra. La bataca del Maestro hace un espejismo al thyrus.

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